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Metas contra sistemas. ¿Que es mejor?

Todos tenemos cosas que queremos lograr en nuestra vida - como bajar de peso, formar un negocio exitoso, criar una familia maravillosa, escribir un best seller, ganar un campeonato, y así sucesivamente; para la mayoría de nosotros, el camino a esas cosas comienza por establecer un objetivo específico y funcional.

Cuando se trata de conseguir realmente las cosas y avanzar en las áreas que son importantes para usted, hay una manera mucho mejor de hacer las cosas.

Todo se reduce a la diferencia entre los objetivos y los sistemas.



La diferencia entre metas y Sistemas
¿Cuál es la diferencia entre las metas y los sistemas?

Si eres entrenador, tu objetivo es ganar un campeonato. Tu sistema es lo que tu equipo hace en la práctica de cada día.

Si eres un escritor, tu objetivo es escribir un libro. Tu sistema es el horario de la escritura que sigues cada semana.

Si eres un corredor, tu objetivo es correr una maratón. Tu sistema es tu programa de entrenamiento para el mes.

Si eres un empresario, tu objetivo es construir un negocio millonario. Tu sistema es tu proceso de ventas y marketing.

Ahora la pregunta realmente interesante:

Si no hiciste caso a tus objetivos y se solo te centraste en el sistema, ¿aún puedes obtener resultados?


Por ejemplo, si fueras un entrenador de fútbol y no hiciste caso a tu meta de ganar un campeonato y te centraste sólo en lo que tu equipo hace en la práctica de cada día, ¿aun tendrías buenos resultados?

Creo que sí.



Vamos a hablar de otras tres razones por las que debes centrarte en los sistemas en lugar de metas.


1. Las metas reducen tu felicidad actual.

Cuando estas trabajando hacia una meta, te la pasas diciendo, "No soy lo suficientemente bueno, pero voy a serlo cuando llegue a mi meta."

El problema con esta forma de pensar es que estás aprendiendo por tu cuenta a poner siempre la felicidad y el éxito fuera hasta que se alcance el siguiente logro. "Una vez que alcance mi meta, entonces seré feliz. Una vez que alcance mi meta, entonces voy a ser un éxito."

SOLUCIÓN: Dedícate a un proceso, no una meta.

La elección de una meta pone una enorme carga sobre sus hombros, pero lo hacemos todo el tiempo. Ponemos un estrés innecesario en nosotros mismos para perder peso o para tener éxito en los negocios o en escribir una novela de éxito. En su lugar, puedes mantener las cosas simples y reducir el estrés, centrándote en el proceso diario y siendo fiel a tu horario, en lugar de preocuparte acerca de los grandes objetivos, que cambian la vida.

Cuando te centras en la práctica en lugar de resultado, se puede disfrutar del momento presente y mejorar al mismo tiempo.


2. Las metas son extrañamente opuestas al progreso a largo plazo.

Podrías pensar que tu objetivo te va a mantener motivado a largo plazo, pero eso no es siempre cierto.

Por ejemplo la preparación para correr un medio maratón. Mucha gente va a trabajar duro durante meses, pero en cuanto terminen la carrera, dejaran de entrenar. Su meta era terminar la media maratón y ahora que se han completado, ese objetivo ya no está allí para motivarlos. Cuando el trabajo duro se centra en un objetivo particular, ¿que te va a motivar después de que lo logres esa meta?

Esto puede crear un tipo de "efecto yo-yo", donde la gente va y viene de trabajar en una meta a no trabajar en ninguna. Este tipo de ciclo hace que sea difícil de construir en el largo plazo.

SOLUCIÓN: Olvídate de la necesidad de resultados inmediatos.


3. Las metas sugieren que puedes controlar cosas sobre las que no tienes control.

No se puede predecir el futuro, pero cada vez que nos fijamos un objetivo, tratamos de hacerlo. Tratamos de planear dónde estaremos y cuando estaremos allí. Tratamos de predecir qué tan rápido podemos avanzar, a pesar de que no tenemos idea de qué circunstancias o situaciones surgirán en el camino.

SOLUCIÓN: Revisa constantemente como vas y que puedes mejorar.

La retroalimentación es importante para la construcción de un buen sistema, ya que permiten realizar un seguimiento de muchas piezas diferentes sin sentir la presión de predecir lo que va a pasar con todo. Olvídate de predecir el futuro y construye un sistema que pueda indicar cuándo es necesario hacer ajustes.



Enamorate de los sistemas
Nada de esto quiere decir que las metas son inútiles, las metas son buenas para la planificación de tu progreso y los sistemas son buenos para realmente hacer progreso.

Las metas pueden proporcionar orientación e incluso te empujaran en el corto plazo, pero con el tiempo un sistema bien diseñado siempre va a ganar. Tener un sistema es lo que importa. Tu compromiso con el proceso es lo que hace la diferencia.





Con información de http://www.entrepreneur.com

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