Todo el mundo quiere trabajar con personas con las que disfrutan estar. Si eres agradable, serás capaz de atraer a nuevos clientes y mantener relaciones largas con el mínimo esfuerzo.
Los clientes evalúan a quien quieren contratar y trabajan con base en su credibilidad, simpatía y confianza.
El ser agradable es la culminación de tres rasgos: empatía, confianza e integridad. He aquí por qué cada característica es importante y lo que puedes hacer para cultivarla.
Empatía.
La empatía es la capacidad de relacionarse y entender la situación de otra persona y SU perspectiva.
Ten en cuenta, que la empatía no significa que tengas que estar de acuerdo con las opiniones de otros o tratar de complacer a todos. En su lugar, considera los sentimientos de tus empleados, socios y colegas cuando tomas decisiones.
Para cultivar esta habilidad, reacciona menos, escucha más y trata de ponerte en el lugar de la otra persona, la próxima vez que trates un asunto con un cliente o empleado, toma un momento para escuchar, y si puedes relacionarte, comparte una historia personal.
Confiabilidad.
Los clientes razonablemente esperan que las empresas sean confiables y responsables.
Cuando alguien necesita ayuda, llama a quien él sabe que le puede ayudar. Es algo más que la entrega de un servicio; es hacer bien tu trabajo, manteniendo el proyecto a tiempo y dentro del presupuesto.
Los clientes se sienten atraídos por la sensación de seguridad que viene de ser capaces de contar con alguien o algo, la certeza ofrece paz mental y la mayoría de la gente está dispuesta a pagar más por un servicio confiable.
Cultiva tu reputación de fiabilidad. Cada vez que tu o tus empleados hagan una promesa, cumplanla.
Si no puedes cumplir con parte de tus responsabilidades, avísale a tu cliente lo antes posible. Un error involuntario es perdonable; la equivocación flagrante o el engaño no.
Integridad.
La falta de integridad ha permeado nuestra cultura. Se puede observar en la política, los deportes, los negocios y el entretenimiento.
La integridad es el más alto nivel de profesionalismo. Es hacer lo que sabes que es correcto, incluso si nadie está mirando; sostener lo que crees y tener el valor de hablar, incluso si tu opinión es impopular.
El inversionista Warren Buffett dijo, "En la búsqueda de gente para contratar, se deben buscar tres cualidades: integridad, inteligencia y energía. Si no tienen la primera, las otras dos te mataran."
Mucha gente es inteligente y capaz, pero muy pocos se toman el tiempo para cultivar la integridad. Los que lo logran, hacen una inversión personal de tiempo, energía y auto-mejora que les paga grandes dividendos.
Ya sean profesionales o personales, las relaciones exigen integridad y honestidad. Algunas veces, puede ser difícil de comportarte en tu más alto nivel, pero vale la pena el esfuerzo. Consistentemente aplica tu mejor criterio con tu personal, tus colegas, amigos y familiares.
Con información de http://www.entrepreneur.com